La obra tiene como impulso principal ese aspecto: la necesidad de construir una imagen del espacio físico. Del espacio en que habitamos, en relación con la Naturaleza y con el Universo en su conjunto, y de la resonancia que ambos producen en nosotros, en nuestro interior. Como en otros momentos del arte de nuestro tiempo, esa cercanía a un nuevo espacio ha ido dando lugar a un lenguaje espacial, curvilíneo, característico de todo este trabajo. Las formas curvas de Amarante están hechas para ser vistas imaginándose que nos movemos y vivimos en su espacio representado. Como hacedor de curvas mi misión no es solo generar ideas relacionadas con las curvas sino también ofrecer y ayudar a nuestra humanidad con nuevas soluciones..